lunes, 23 de noviembre de 2009


Hoy, numerosos y delicados pájaros, de colores café intenso, azul etéreo, amarillos auténticos y corazones sinceros, han dejado, ahora, de cantar. Así, simplemente, sin mediar palabra alguna, ni con nuestro Señor, ni siquiera con la vida misma, ni con nosotros mismos, sus auditores fervientes, cesaron ya de trabajar por la humanidad, por la libertad de ellos mismos, de nuestros autores.

Quién sabe, quizá, era demasiado bajo su misero salario; quizá, sus cuerdas vocales no podían más- ¿tendrán las aves cuerdas vocales?-, quizá, es que ya no nos quieren en su ciudad; quizá, ya no seamos sus más fieles oidores o, tal vez, se han marchado, más terrible, muerto, y ya nunca en paz, volverán a cantar.

Podemos, con nuestras cuerdas hablantes, imitar su sonido, realizar su tarea, y divertir a nuestros humanos, por tan solo un segundo para la eternidad. Lo más probable es que no, puesto que aquellos aparatos, que tenemos los humanos , sirven solo para destruir pos sí mismos, para atentar contra nuestra honra, contra la humanidad, contra nuestros hermanos, otorgándoles la mentira, enseñándoles la falsedad y obligándolos a ocultar, inclinadlos a la maldad; Para ellos, eran otra cosa, las utilizaban para decir la verdad, elevarla, avistarla, aclararla; para gritar de alegría cantaban, para llorar sin tapujos, cantaban, para enseñarnos el mundo, cantaban y, de alguna manera, para recordarnos que, con cada una de nuestras palabras arrojadas a la tormenta de la levedad , podemos entregar el esmero, el amor, tan similar al de los cánticos que otorgaban tales criatura, muy temprano en la madrugada, para deleitar; pero no, éstos seres se han aburrido de ensalzar nuestras almas con acordes melodías de lejano proceder, nos repugnan, nos abandonan, nos queda llorar.

¿Qué habremos hecho nosotros para tan extraño acontecer?
Lejana pregunta a mis oídos, soy un ser humano, me cuesta aceptar mis propias faltas, me cuesta admitir que he cometido un error, reconocer mis culpas y pedir perdón (perdón a los hombres, seres que realmente merecen nuestro respeto, siempre están cerca, podemos palparlos, sentirlos, creerles); No siempre fue así, creo yo, algunas vez pudo ser diferente, de todas formas, si nos ponemos a pensar, hubo un momento en que aves por doquier nos otorgaban sus cantos, con hermosas tonadas de cálida y dulce pasión terrenal. Es tan simple reconocer las faltas de nosotros, los caminantes de la esfera enterrada; no es necesario violentarse, mejor está, el querer responder, para luego solucionar.

El ser humano sufre, demasiado, tan grande es el dolor y el deterioro interno, que ya ni recuerda que los pajarillos han cesado en su cantar, han olvidado sus palabras; Es tanta la disensión interna, es tanto el acumular llantos, acumular tristezas, odios, alegrías, frenesí, verdades, encerrarnos herméticamente en nosotros mismos, cayendo en individualidades que rozan el frío borde de la esquizofrenia, de la paranoia, que ya tampoco somos capaces de escucharnos a nosotros mismos, nuestro yo está tan saturado en imágenes, internas, externas, imaginarias, perpetuas, que ya no sabemos ni lo que queremos, ya no sabemos ni lo que sentimos, pensamos, peor aún, ya nadie sabe lo que está haciendo ni lo que está sucediendo en este mundo marchito de hoy en día, qué lástima, nuestra sinfonía mayor se nos ha ido acabando.

¡Qué lástima mis olvidados amigos sonoros!, la vida mis os ha teñido de bruma infernal y miseria, quizá, algún día, volvamos a verle en los rincones de los edificios, en las cimas de las montañas, en las despiertas plazas de la mañana, en dormitorios de infantes ingenuos que claman por sus primeras oportunidades; En el corazón de las muchachas enamoradas, de los hombres ilusionados, de la muerte y del infinito. Allá los esperaremos, nosotros los que las recordamos, nosotros que las amamos, no se pierdan nunca en vuestra absurda fe, nos vemos pronto, saludos sinceros, una abrazo fuerte para las inesperadas santas.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Selene.



Me molestan las palabras

Las que dices, las que callas

Me molestan tus acciones

Las que vives y te opones


Me molesta tu actuar,

Y mi forma de pensar,

Tus ideas y mis pasos

Tus triunfos y mis fracasos.


Y aunque odie a tu persona

Cuerpo, mente, alma y toda

Mientras duermas, mientras rías,

Mientras seas, mientras digas.


Sé que hay algo que me atrae,

Sé que hay algo, que te atraigo;

Siento hambre que me trae

Los recuerdos de tus pasos.


Pues ya sé todo lo que eres:


Eres un llanto que llena de risa,

Las soledades perpetuas,

Las noches infinitas;

El gran tormento, una dulce brisa,

Que acaricia mi espalda,

Que despierta mis días;


Eres saludo y luz en mis noches,

La nada infinita que me corroe,

Fuego abrasante de soles santos,

Plena tonada, silenciosos cantos.


Has sido todo, cierto, mucho más.


Eres eterna mientras descansas,

Eres la luz en hermosas cartas.

Una flor en medio de océanos

Imperturbable y siempre inquieta;

Eterna garza, petulante estrella.


Eres invierno, solsticio, universo,

Piel de azucena que llena mis versos;

Demuestro mis amores cuando te beso,

Cuando acaricio tus pechos intensos.


Eres el fuego de la empedrada,

Eres la mujer que me hacía falta,

Sé todo lo que eres, rosa sepulcral.

Ya qu eres mi muerte,

Mi vida y algo más…

viernes, 20 de noviembre de 2009

"La luz de tu Esperanza"

Es la soledad que me inhibe,
Es mi cobardía la que me impide,
El egoísmo que me separa,
Mis pensamientos que me hacen nada.

Pero, ¿realmente todo esto importa?,
El tiempo no surge solo del día
Y es la noche la que recuerda a la vida
El sentido que nos aporta.

Debemos seguir el camino,
Debemos ser buenos amigos,
Debemos ser mejores personas
Debemos ser todo, y algo más.

Y es que ahora me pregunto,
Dónde está lo que queremos,
Dónde, la inalcanzable libertad,
Nuestros sentimientos, poder amar.

Y es que ya no quiero nada,
Quiero olvidarme de la mañana
No pensar en un nuevo día
No buscar más nuevas salidas.

Es que ya no queda nada
No en mis ojos, no en mi cara
Puesto que todo lo que hice
Fue lo que jamás nunca quise.

Ahora que veo todo esto,
De verdad, lo que siento
No es ganas de cambiar,
El pasado que no volverá

Lo que hoy quiero es hacer
Lo que en el andar no creí
Llegar a amarte solo a ti,
Desde hoy, comenzar a creer.

Y sin importar las barreras
En esta espiral carretera,
Podré llegar con tu voz
Tus palabras, mis ideas, los dos.

Y es que veo una luz de esperanza
Esa que siempre los buenos alcanzan
Son las gotas de lluvia que alimentan mis días,
Es tu risa tan clara que me recuerda la vida.

lunes, 9 de noviembre de 2009

¡Expresión!

No hay peor guerra que la jamás realizada;
No hay peor empresa, la que nunca será comenzada;
No hay mayor tragedia, la de haber vivido,
Guardando el recuerdo la muerte de un ser querido.

¿Hay peores sinsentidos que el asirnos a una idea,
Revolucionaria, sin fronteras, aguerrida, sin barreras,
Y creernos en las nubes, y pensarnos inmortales,
Fieles, férreos sin flaquezas, fieros, grandes?

Pero, no hay suspiro tenue más lejano,
El pensar en tus labios, ahora, sin tocarlos,
En sentir tu cuerpo lozano junto al mío,
Y yo tan muerto de emociones, ni te miro.

Mis adentros, profundas superficialidades,
Mi presente, frenando el momento latente,
Me siento como un león aletargado,
Me siento tan lozano aquí tu lado,

¡Mas sin poder expresarlo!

No puedo sentirte mía, no puedo entregarte mi simple vida.

No es buen momento para lamentaciones,
Es hora de entrar de lleno en la acciones.
Me acerco.

Como dos pétalos de inquietante vuelo,
Entregados a la cálida luz de la luna,
Restregándonos raudos, con locura,
En el acto singular, corporal;
En que el amor pasional,
Reniega de lo mundano,
Accede hasta lo divino,
Me hace sentir destinado
A morir en cada uno de tus suspiros.


Despierta siempre la mañana,
Tú en tus sueños, yo en el alba
Nos besamos, es la calma,
Somos uno, Somos nada,
Eres Sueño, eres mi vida,
Eres el llanto de mi alegría.